David Pestieau: "Se puede detener la división de Bélgica si la gente se involucra"

Entrevista
Author
Jonathan Lefèvre and Michaël Verbauwhede
ptb.be

¿La división de Bélgica por parte de los nacionalistas se detendrá en 2024? ¿Porqué el movimiento de solidaridad con las víctimas de las inundaciones es un gran signo de esperanza? ¿Por qué enarbola el PTB la bandera negra-amarilla-roja belga? Con motivo de la publicación de su manifiesto por la unidad de Bélgica, nos reunimos con su autor, David Pestieau, vicepresidente del PTB.

David Pestieau comienza su libro sobre la unidad del país con los pies manchados del barro de Lieja: “El 20 de julio, día de luto nacional, estoy en Pepinster, uno de los lugares más afectados por la tragedia. Mucha gente acudió desde Ath, Ostende, Amberes... con los SolidariTeams. Muchos de los afectados por la catástrofe no daban crédito a las muestras de solidaridad. Esa misma noche, Bart De Wever afirmaba en televisión que le gustaría ver la unión de Flandes y los Países Bajos y que prefería morir como "holandés del sur" que como belga. La brecha entre el pueblo y algunos de la Rue de la Loi (sede del gobierno belga, nota del editor) no ser más patente.”

Sin embargo, la N-VA y el Vlaams Belang tienen un fuerte apoyo electoral...

David Pestieau. Si, pero no para su proyecto separatista. La gran mayoría de la población está en contra de la división del país, incluso en el Norte. Todas las encuestas muestran que sólo entre el 10 y el 15% de las personas quieren la separación. Más aún, dos tercios de los habitantes de Flandes quieren más Bélgica... Efectivamente, hay dos países en Bélgica, pero no son los dos países de los que habla Bart De Wever.

El escritor flamenco Tom Lanoye lo resume muy bien: "Bélgica está formada por dos países diferentes: Los belgas por un lado, y sus politcos, por el otro." Con de su proyecto separatista, De Wever quiere ante todo acabar con la solidaridad y la cooperación.

¿Cómo?

David Pestieau. La ideología liberal de De Wever es el sálvese quien pueda. Repiten: "Mira a tu vecino, el valón, el inmigrante, el parado aprovechado, que gana más que tú, que tiene esta ayuda, y tú no, se aprovecha de ti, etc.". Es una forma de evitar que la gente mire lo que hay debajo: hacia los que mandan, los que tienen el dinero, los que mandan en el país tal y como es. Pero este discurso no va a funcionar: En la población, las personas se ayudan espontáneamente más allá de las fronteras lingüísticas, como vimos con el apoyo a los cuidadores durante la crisis del coronavirus, y ahora con la ayuda a las víctimas de las inundaciones.

El problema es que los partidos nacionalistas mantienen viva la burbuja política de la calle de la Ley. Los debates actuales en las sedes de los partidos tradicionales giran de nuevo en torno qué se va a deshacer, qué va a quedar del Estado federal y de la seguridad social. Curiosamente con el Partido Socialista de Valonia, en una corriente cada vez más regionalista, junto a Vooruit (Socialistas flamencos) y el CD&V ( Partido Socialcristiano neerlandófono) en Flandes.

Pero 2024 parece estar muy lejos...

David Pestieau. Pero es importante movilizarse ahora. Porque los nacionalistas tienen una estrategia. Basarán su campaña en el racismo, como antisistemas y con un perfil de opositores al gobierno federal... Pero una vez que tengan la victoria electoral, dirán : "Los votantes nos dieron un mandato para dividir el país." Por supuesto, como la población no lo apoya, esconden su agenda separatista bajo términos complicados.

¿Cómo lo hacen?

David Pestieau. Avanzan enmascarados. Como dijo Jan Jambon , ministro presidente flamenco de la N-VA: "El confederalismo es sólo otra palabra para escisión, porque los flamencos aún no están preparados para la independencia." Y entonces se les ocurre esta palabra, "confederalismo", que casi nadie entiende. Luego lo acompañan de palabras tranquilizadoras: "¡Bélgica no desaparecerá! No te preocupes, siempre existirá la familia real, el ejército, los asuntos exteriores…". Pero en realidad, el confederalismo significa convertir el Estado federal en un cascarón vacío en la que se dividirán la sanidad, el paro, la justicia, la policía, la protección civil, los bomberos, etc.

Este escenario ya estaba contemplado en embrión en el acuerdo que el PS y la N-VA negociaban en el verano de 2020, intentando a formar un gobierno federal. De Wever quiere repetirlo en 2024. La N-VA ha aprendido las lecciones de lo ocurrido en Cataluña (esta región española intentó declarar su independencia en 2017, nota del editor). Porque una vez que declaras la independencia, tienes problemas: Por un lado el reconocimiento por parte de la Unión Europea y otros estados, etc. Y, por otro lado, la población no está a favor. Así que tenían que encontrar algo: "Estamos divorciados, pero seguimos manteniendo una casa juntos con algunos muebles, y de vez en cuando nos visitamos." Pero, para todo lo demás, estamos separados. En un hogar, separar las cuentas bancarias, y vivir separados las tres cuartas partes del tiempo, es el primer paso hacia el divorcio completo.

Entonces, ¿se excluye el escenario de una declaración de independencia flamenca?

David Pestieau. No, la que sigue el Vlaams Belang (partido flamenco de extrema derecha, nota del editor) es la toma de poder. Es la declaración unilateral de independencia que se proclama en el Parlamento de Flandes, y luego se negocia como un hecho consumado. Y no es una escena de una pelicula de ficción. Es perfectamente posible.

Y esto también juega a favor de los que quieren un confederalismo divisivo. De Wever planteó la cuestión de un golpe de fuerza inconstitucional, una especie de golpe de Estado. De hecho, dice que tendremos que aceptar sus condiciones sobre el confederalismo, aunque signifique saltarse la Constitución. De lo contrario, habrá "disturbios civiles". Insinúa que si Vlaams Belang queda fuera de juego después de 2024, los votantes de Vlaams Belang se sentirán traicionados – porque no habrán conseguido la independencia – y se echarán a la calle, como los partidarios de Trump en el Capitolio. Y aquí es donde De Wever se presenta como el "pacificador" y plantea su solución: el confederalismo de división. Pretende utilizar el miedo al escenario de la escisión total para imponer el suyo.

Esto demuestra que el Vlaams Belang y la N-VA tienen dos papeles complementarios: el primero abre brechas y luego la N-VA pretende ser una parte responsable. Pero tienen el mismo objetivo: conseguir un Flandes independiente, pro-empresarial y autoritario.

¿Y los partidos francófonos y el Partido Socialista?

David Pestieau. Desde 2020, el PS ha dado un giro cada vez más regionalista. Paul Magnette (presidente del PS, nota del editoro) ha nombrado a Pierre-Yves Dermagne y Thomas Dermine, que son regionalistas, como ministros federales. Este giro de los acontecimientos complace a la N-VA, que siempre ha soñado con tener un socio en la parte francófona que también quiera apostar por la escisión.

Por lo que cuentas, la batalla parece ya perdida...

David Pestieau. En absoluto, al contrario. Un movimiento popular puede evitarlo. Ese es el objetivo de la campaña que lanzamos: "Somos uno", y del libro. Todavía podemos ir en otra dirección. La mayoría sigue oponiéndose a la ruptura del país.

Queremos que el país avance hacia una mayor cooperación y unidad, en lugar de una mayor competencia y división. Con alternativas sólidas como la refederalización a nivel nacional de la sanidad, la energía y el empleo. Haremos una campaña para lograr apoyos para ganar esta batalla.

La distribución masiva de banderas belgas "We Are One", camisetas y pegatinas en los grandes eventos deportivos de este verano, la Eurocopa, los Juegos Olímpicos y en los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Bélgica. Es una batalla cultural para contrarrestar el movimiento nacionalista flamenco, que quiere crear un "sentimiento flamenco" mediante la distribución de banderas flamencas, películas sobre Flandes, etc.

Tambien está la lucha en los sindicatos, las mutualidades y las asociaciones por la unidad de la clase obrera y del país.

¿Y tu libro?

David Pestieau. Queremos aportar contenido, explicar nuestra visión con más profundidad. Ese es el objetivo de este libro breve y accesible. Queremos debatir con el mayor número posible de personas en todos los rincones de Bélgica. Voy a hacer una gira de un año por Bélgica con el libro.

We are one

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Sin embargo, las encuestas muestran que el N-VA y el Vlaams Belang tienen más de 50 % entre ambos en Flandes...

David Pestieau. Las encuestas se utilizan a menudo como arma política para imponer un determinado escenario. Lo podemos ver en Francia, con el duelo anunciado entre Macron y Le Pen en 2022: el mensaje era que los resultados de las elecciones ya se conocían y, por lo tanto, votar servía de poco.

Quedan dos años y medio hasta 2024. Pueden ocurrir muchas cosas. Pero todo depende de la cuestión principal: ¿Entrarán los trabajadores y los jóvenes en la batalla, sacando el debate de la burbuja de la Rue de la Loi? Si intervienen, alteran todos los escenarios.

Lo hemos visto con la sanidad. Hasta hace año y medio, había una cierta unanimidad en avanzar hacia la división de la sanidad. Hoy en día, tras la crisis de la COVID-19, existe una tendencia, entre la población, pero también entre los expertos sanitarios, los sindicatos, las mutuas, etc., a avanzar hacia una refederalización de la sanidad. Esto demuestra que las cosas pueden cambiar en unos meses, en unos años.

¿Y qué papel quiere jugar el PTB?

David Pestieau. La idea de la auténtica izquierda es que la política no pertenece a los profesionales. La política no es algo pasivo. La política no es un producto de consumo. Somos actores. En el mismo momento en que el pueblo se convierte en actor, puede cambiar las cosas. Lo pudimos ver de nuevo con las inundaciones: la gente dice que "los políticos no hacen nada para salvar a la gente". ¿Y qué pasa? El pueblo salva al pueblo. Cuando se pone en marcha, puede hacer grandes cosas. Cuando permanece pasivo, no ocurre nada bueno.

Hay un partido de aquí a 2024 y hay predicciones. Pero el juego todavía tiene que ser jugado. Y ahora estamos en la fase de preparación (risas).

¿Cuál sería el impacto de una división en nuestra cartera?

David Pestieau. No sólo costará más dinero, sino que seremos nosotros quienes paguemos la factura. Por ejemplo, nuestros medicamentos serán más caros. Si dividimos el régimen de seguro público común, la Seguridad Social, estaremos menos protegidos. El fondo común en el que paguemos nuestra contribución será más pequeño y, en caso de un duro golpe, será menos efectivo. Si no hay suficientes personas que contribuyan cuando hay problemas importantes, se tienen menos oportunidades de ayudar a la gente.

Actualmente, el gobierno belga no es el mejor para negociar buenos precios con la industria farmacéutica. Pero está claro que si lo hace el gobierno valón o el flamenco, será aún peor. Cuanto más seamos, más fuertes seremos y más peso podremos tener en una negociación. Por eso los nacionalistas quieren dividir en dos los sindicatos y las mutuas. Para aprobar sus medidas, sus ahorros (que tendremos que pagar), es necesario debilitar la resistencia, quitarle el poder de actuación a la mutua o a los sindicatos.

Porque hay que saber que la seguridad social está cogestionada por los sindicatos, que la sanidad está cogestionada por las mutuas. Por lo tanto, las mutuas y los sindicatos tienen algo que decir al respecto. Por supuesto, cabe preguntarse si no podría mejorar. Pero con la escisión, el contrapoder de la mutua y del sindicato desaparecería. Y este es el objetivo estratégico de los empresarios del norte del país: dejar a cada individuo solo contra el estado, la administración.

Los lectores nos preguntan qué decir en Valonia a los que dicen "si volvemos a unificarnos, todo el dinero irá a Flandes", y en Flandes a los que dicen "el dinero va demasiado a Valonia". ¿Quién tiene razón?

David Pestieau. La primera transferencia que se produce en Bélgica es la que va del bolsillo de los trabajadores al de los ricos. 9.000 millones de euros pasaron del bolsillo de los trabajadores a las cuentas bancarias de las grandes empresas y a los dividendos de los accionistas. Esto supone una pérdida de 2200 euros por hogar (en Valonia, Bruselas o Flandes) al año. Esto es lo primero que hay que cuestionar.

Sí, pero las transferencias entre regiones existen...

David Pestieau. En contra de lo que podríamos pensar, Bélgica es el país federal en el que hay menos transferencias entre regiones: entre dos y tres veces menos que en otros estados federales como Suiza, Canadá o Alemania. En Alemania, por ejemplo, Baviera recibió hace 40 años dinero de los demás Länder (regiones de Alemania) porque era más pobre. Lo invirtieron en infraestructuras, en industria, en carreteras y hoy es la región más rica. Así que ahora es Baviera la que transfiere fondos a otros Länder.

En Bélgica no es así. Pero estos cambios en el desarrollo de las regiones es una ley del capitalismo. Valonia fue mucho más rica que Flandes durante los primeros 120 años de existencia de Bélgica. Y cambió en los últimos 70 años. Y puede cambiar en sentido contrario muy rápidamente.

Mientras Valonia siga siendo menos rica, ¿se mantendrán estas transferencias?

David Pestieau. Las famosas transferencias de Flandes a Valonia son, en realidad, transferencias de la seguridad social y de los impuestos vinculados a la solidaridad interpersonal. Alguien que es rico en Amberes o Charleroi va a dar más dinero a la seguridad social del que recibe. Alguien más pobre en Charleroi o Amberes recibirá más. Hay más pobres en Charleroi que en Amberes, pero eso no significa que el dinero vaya de Amberes a Charleroi. Es una transferencia entre personas. Pero llevemos la lógica hasta sus últimas consecuencias.

En la actualidad, los habitantes del distrito de Ostende "reciben" dinero del resto de Bélgica, porque son, por término medio, más pobres que la media nacional. Lo mismo ocurre con Lieja. Las reginess del Brabante Valón y Lovaina son más ricas y dan más de lo que reciben. ¿Vamos a pedir ahora un reparto entre el "rico" Brabante valón y la "pobre" Lieja, o entre el "pobre" Ostende y la "rica" Lovaina?

Dedicas este libro a "todos aquellos de la clase trabajadora que se levantan cada mañana para producir la riqueza de este país". ¿Lo escribió para ellos y, si es así, por qué?

David Pestieau. En primer lugar, digamos que si lo compras, te llevas dos libros por el precio de uno. Por sólo 12,5 euros (risas). Es un libro corto y fácil de leer con dos entradas. Una entrada que es un manifiesto, una declaración política. ¿Qué queremos? ¿Cómo vamos a hacerlo?

Y luego hay una segunda entrada en el libro: 20 preguntas y respuestas sobre Bélgica. ¿Cómo nació Bélgica? ¿Por qué es tan complicada? ¿Qué significa dividir la sanidad o la policía? Intentamos responder a las preguntas que la gente suele oír y no entiende. Queremos que sea accesible. En la introducción de esta sección, cito al humorista francés Coluche que dijo una vez: "Un tecnócrata, una vez que ha respondido a tu pregunta, logra que ya no entiendas la pregunta que le hiciste. Sustituya "tecnócrata" por "político belga" y estararemos cerca de la verdad (risas).

Pero estas cuestiones institucionales siguen siendo complejas...

David Pestieau. Complicar las cosas, con un lenguaje que utiliza todo tipo de tecnicismos, sirve sobre todo para ocultar los verdaderos problemas. No queremos decir la verdad porque si lo hiciéramos, la gente se rebelaría. Por ejemplo, los partidos tradicionales están discutiendo la división de la sanidad. El PS y la N-VA dicen: "Dividiremos la organización de la asistencia sanitaria, pero mantendremos la Seguridad Social federal. La financiación seguirá siendo federal. No te preocupes."

¿Entonces no es tan grave?

David Pestieau. Al contrario. Por retomar el paralelismo con la pareja: si tienes una cuenta conjunta pero cada uno puede gastarla como quiera, tarde o temprano saltará por los aires. A menos que seas multimillonario. Aquí ocurre lo mismo.

Saben muy bien que una vez que la organización esté dividida, seguirá el resto. Esto es lo que ocurrió con la educación. En 1980, había dos ministros federales de educación, uno neerlandófono y otro francófono. No se necesitaron diez años para que se dividiera la educación. De Wever dice explícitamente que quiere utilizar la misma táctica.

En materia de sanidad, se equivocan quienes afirman que "hemos dividido la organización de la sanidad, pero no se preocupen, la Seguridad Social seguirá siendo federal". Esto conducirá a su división. La seguridad social es la catedral del mundo obrero, construida piedra a piedra por la clase obrera. Esto es lo que nos salvó durante la epidemia de coronavirus.

 

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